viernes, 30 de abril de 2010

La Autonomía, por 0,97 euros

El Ayuntamiento impone al popular 'Cheva' una tasa de 0,97 céntimos de euro por cada sábado, y ya son 49, que se ha manifestado ante la Diputación Provincial para pedir la autonomía de León.



Su nombre es Félix J. Pérez Echevarría pero, popularmente, es conocido por 'Cheva'. Inagotable en su aspiraciones leonesistas y entusiasta defensor de León y todo lo que lleva el sello de 'leonés', a 'Cheva' no le importa reivindicar la autonomía leonesa solo o en compañía. De hecho una vez al mes, y ya suma 49, 'Cheva' se manifiesta ante la Diputación para pedir la autonomía.

Ahora este popular leonesista se ha topado con una 'singular' sorpresa: el Ayuntamiento de León le ha impuesto una tasa de 0,97 céntimos por cada una de las veces que se ha manifestado. "He pagado, por supuesto", sentencia.

Para Echevarría todo comenzó cuando "el 27 de febrero de 2006 el presidente del ente autonómico, Herrera, tuvo el atrevimiento de llamar 'cavernicola' al movimiento pro-Autonomía Leonesa, ante unas reivindicaciones de Otero".

Entonces "y con motivo de ese insulto, en fecha 02 de marzo de 2006 envié una nota a los medios de comunicación, haciéndome eco del tema y expresando mi protesta. Entre otras cosas comentaba entonces: 'Me he sentido abofeteado, insultado y pisoteado no sólo por el presidente de la autonomía, también por muchos de los diputados que se rieron de lo defendido en nombre de los leoneses, y del insulto que nos dedicó su presidente'".

Para añadir en aquella nota: "señor presidente de la autonomía castellana, a partir de ahora todos los primeros sábados de cada mes me tendrá usted delante del palacio de los Guzmanes, en la ciudad de León, reivindicando mi derecho 'cavernario' a ser miembro de una España donde exista la autonomía de la Región Leonesa".

"Desde esa fecha hasta ahora, los motivos para solicitar la Autonomía Leonesa han aumentado exponencialmente ante el deterioro del País Leones", sentencia Cheva.

Y así seguirá, aunque para su sorpresa, a partir de ahora ya sabe que cada primer sábado de mes, cuando levante la bandera de León, tendrá que abonar 0,97 céntimos por "ocupación de vía pública".

"Es decir, que cada vez que pido la autonomía en la ciudad de León me cuesta 0,97 euros. Al hilo de este rigor normativo que demuestran conmigo se me ocurre preguntarme si verdaderamente cobrarán también a todos los que se manifiestan en esa misma plaza, como por ejemplo, los 'lunes al sol', las concentraciones en defensa del juez Garzón o, por ejemplo, la próxima del uno de mayo. ¿No será más barato solicitar un caseta del ayuntamiento, o acaso sólo me cobran a mí por ser una reivindicación “carvenicola” y leonesista", setencia Cheva.

En su singular nota de este miércoles este singular leonesista ha recordado a Herrera que "ya sabe donde me puede encontrar todos los primeros sábados de cada mes. Y si tiene dudas pregunte en la concejalía leonesa de 'Asuntos Economicos/Gestion Tributaria'; ellos tienen todos mis datos. Y al Ayuntamiento decirles que yo siempre he pagado mis impuestos tasas y gravámenes. Esta vez no será una excepción. Me gustaría, eso sí, que demostrara la misma severidad, rigidez, inflexibilidad y firmeza con los poderosos que conmigo".

leonoticias.com  29/04/2010


Y a la gente que se pasa las horas sentados en la acera de enfrente o dando vueltas por la zona que también "ocupan la vía pública" les vais a cobrar? 
¡Ánimo Cheva!

jueves, 8 de abril de 2010

RECUERDOS...

Es viernes, una tarde pegajosa de un viernes de agosto. De repente me doy cuenta que estoy agarrando el volante con tanta fuerza, que me duelen las manos... Sólo quedan tres curvas....tomo el desvío a la derecha y a lo lejos ya puedo distinguir la torre de la iglesia.

Al verla siento un cosquilleo en el estómago. Entro en el pueblo despacio, intentando no llamar demasiado la atención. Todo sigue igual, las casas, la gente.... cruzo el pueblo y, subiéndome a la acera, aparco enfrente de la casa.

La casa está llena de puertas y yo entro por la más pequeña, lamento la torpeza de no haber cogido la linterna y mientras subo las escaleras, un escalofrío me recorre la espalda. Me acerco con cuidado y evito pisar las tablas sueltas, pero tropiezo, y estoy a punto de caer, aun así después de algún que otro desequilibrio, consigo pasar al otro lado...

Todo está en penumbra, pero gracias al hilillo de luz que lucha por colarse por la contraventana, la veo... apenas asoma unos centímetros. Esquivo los últimos trastos y abro la pequeña ventana del fondo, para poder disfrutar del momento. Al lado de la ventana hay una silla desvencijada y polvorienta pero aun así, me siento.

Por fin la tengo en mis manos...está desgastada en los laterales y llena de polvo. Paso mi mano por encima y siento una profunda nostalgia: Es la caja de mis recuerdos, de la niña que siempre sueño.
Levanto la tapa lentamente, cierro los ojos y vuelvo a mi infancia y, por un momento... escucho a mi padre hablar con la abuela, mientras mi madre me hace la merienda. Hoy, la merienda es mi preferida, mi mamá me ha hecho una “tosta” de pan con nocilla....

En la calle me encuentro con Jorge, que es mi gran amigo. Somos inseparables. Mientras me enseña las nuevas canicas que ha ganado, yo saco mi peonza nueva, me da igual que digan que es un juego de niños. Me la ha comprado mi abuelo por sacar un sobresaliente, aunque dice mi madre que me malcría, que los sobresalientes en gimnasia no cuentan...

Al ratín, llegan Carlos, Mónica y Ricardo y decidimos echar a suertes quien la lleva primero. Miro hacia arriba por si mi madre se asoma...siempre me regaña por empezar a jugar sin terminar la merienda...no hay nadie en la ventana...así que empezamos...

La lleva Ricardo... echo a correr, pero yo soy la más pequeña y enseguida me pilla...
Javi, que es el mayor, tiene mucha suerte... su hermano se ha ido del pueblo y ha heredado su bicicleta....a mí nunca me pasan cosas así....

Poco a poco abro los ojos y los recuerdos se van difuminando lentamente...

En ese desván, con mis recuerdos, soy feliz por un instante y pienso...Dios, cómo pasa el tiempo...


Merche.